
“Mas Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra.”- (Habacuc 2:20)
He tenido en realidad la tarde más extraña. Wow Jesús, gracias por estas revelaciones.
Me tomé el día libre en la oficina para poder trabajar a mi propio paso, pero a mitad del trabajo, el sueño más sobrecogedor se apoderó de mí- simplemente no había forma en la que pudiese haber luchado contra ese sueño así que me acosté a dormir. Tuve muchos sueños realistas uno tras otro- los relevantes los compartiré con ustedes. Soy una cristiana en el camino como muchos de los que vienen aquí, pero también soy una mensajera del Señor Jesucristo, una persona apartada para traer la mente de Dios a la amplitud del cuerpo para que todos (yo incluida) pueda conocer Sus planes y Su voluntad para los días que vienen. Los tiempos están CONVERGIENDO hermanos y hermanas, visitantes, dudosos, burladores, aquellos que van a desechar estas palabras- EL TIEMPO ESTÁ CONVERGIENDO PARA TODOS NOSOTROS SEA QUE LO CREAS O NO. Dios me está usando para edificar, para enseñar verdades espirituales para que otros puedan ser alentados y estar LISTOS.
En mi primer sueño alguien me trajo una canasta de frutas. Era una canasta ENORME; verla llegar frente a mí significaba “trabajo”. Estaba llena de hermosas frutas color naranja con forma de melocotones tiernos, hasta tenían la piel como melocotones, pero no eran melocotones. Era una fruta especial que nunca había visto. Una cosa que noté- que la fruta se magullaba con facilidad- según la canasta era transportada estas frutas se movían tocándose unas a las otras, golpeando los lados de la canasta, algunas de ellas se habían magullado MUCHO. Unas manos pusieron esta canasta alta frente a mí, era casi tan alta como yo, y algunas me veían dulcemente como diciendo: “Tú sabes qué hacer”.
Así que extendí mi mano y trabajé con las frutas separándolas. Todas las que estaban magulladas las puse en otra canasta que fue removida, pero las buenas las tomé rápidamente y las examiné y entonces las puse en un cubo con pura agua salada para ser lavadas. Luego de esto las sequé, las coloqué en una bandeja de plata y las personas pasaron rápidamente y se llevaron estas frutas limpias para servirlas en un gran banquete que se estaba llevando acabo dentro de una mansión cerca de mí. Yo estaba en el patio trasero de esta mansión con muchos, muchos otros trabajadores, nuestras cabezas tenían pañuelos y a cada uno se nos daban canastas altas para separar las frutas entre buenas o lastimadas. NO SÉ A DÓNDE IBAN LAS FRUTAS MAGULLADAS, pero sentí en mi corazón que se las llevaban a ser “procesadas”.
Gracias a Dios, en mi canasta no vi frutas podridas. Vi algunos trabajadores que encontraron frutas totalmente negras y podridas en sus canastas- a ellos se les instruyó a que las desecharan, que no las pusieran en ninguna otra canasta por causa de la ‘contaminación’. Así que vi a trabajadores levantar su mano de vez en cuando y simplemente lanzar una negra a lo lejos- tenía esta pequeña ansiedad en mi corazón que decía “Por favor Dios, que no encuentre ninguna negra” pero aun en el fondo de mi canasta, no encontré ninguna negra. Luego de terminar con mi canasta, alguien vino por mí, me removió la ropa de trabajo y me permitió unirme a la maravillosa fiesta que había dentro. Estuve feliz y me desperté.
Significado: Soy una trabajadora en la casa del Señor, trabajando para Él para identificar, separar y santificar (lavar con sal) Su pueblo. Si alguno está listo, puede ir directamente a la gran mesa de Jehová para encontrar su propósito de entregar dulzura a Su boca y para ser servido a otros como una maravillosa comida que disfrutar. Si alguno está magullado, debe pasar por el proceso de arrepentimiento, fortalecimiento, aprendizaje, entonces sé que estarán llenos y maduros nuevamente, NO MAGULLADOS y serán traídos nuevamente a esas canastas para tener una oportunidad de ir a la mesa. Pero si alguno está podrido y rechaza a Dios, Él también rechazará a este para que no entre a Su casa.
Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra. (2 Timoteo 2:21)
Todo pámpano que en mí (Cristo) no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. (Juan 15:2)
Permitamos que estas publicaciones nos alienten, nos hagan esforzarnos, nos hagan a todos VER Y DESEAR SER FRUTA BUENA. Aun si tenemos magulladuras, mostremos nuestras heridas a Jesús. Familia, los dolores del pasado nos hacen hacer cosas extrañas. Dolor no reconocido, quebrantamiento escondido- ellos dan forma a nuestro comportamiento y nuestras respuestas en forma que ni tan siquiera entendemos, hasta que, de alguna manera estamos caminando en estas cosas sin poder evitarlo. Ciclos de maldad que nos quebrantan aun más. Estos hábitos y acciones que tomamos, a veces no sabiendo que es porque hay una roca filosa escondida en el alma, forzando que estas acciones pasen por causa de dolor que aun no ha sido SANADO.
Pero ya es tiempo. Tiempo de admitir nuestras debilidades, pecados, lo que has comprometido a JESÚS y pedir ayuda para ser sanado y hecho libre. Si sabes que tu vida no está bien, LEVÁNTATE Y BUSCA TU LIBERACIÓN-
“Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, HALLA; y al que llama, se le abrirá”. (Mateo 7:7)
Dios será misericordioso, Dios comenzará a trabajar en una manera que no podrás ni tan siquiera creer o explicar para allegar a las personas correctas a tu alrededor- para allegarte la ayuda que necesitas. EL HOMBRE CIEGO en la Biblia (Marcos 10:46-52) estaba en una desventaja desde el principio. NO PODÍA VER. Era ciego y sólo podía escuchar. Sin embargo, cuando escuchó que Jesús estaba en el pueblo no se enfocó en sus problemas, él no podía llegar hasta el lugar, pero gritó: “JESÚS, ¡TEN MISERICORDIA DE MÍ!”.
Él clamó por misericordia, por perdón, por un milagro justo donde estaba y su clamor desesperado hizo que Jesús detuviera su camino y tomara tiempo para lidiar con los problemas de ese hombre para traer plenitud a su vida. Aun como Cristianos que conocemos y amamos a Dios- tenemos áreas quebrantadas. Tenemos magulladuras, tenemos dolores y golpes de mucho tiempo atrás o de ayer. No podemos vivir vidas plenas llevando el quebrantamiento del pasado; necesitamos dejarlo. Necesitamos admitirlo; necesitamos decir “Muy bien, esto ocurrió y me está matando poco a poco, ¿qué puedo hacer al respecto?”. Dios está aquí para tu progreso- Él es un maravilloso sanador de entre todos los doctores que nos recomponen.
Tórnate al Maestro y di Jesús Hijo de Dios, ten misericordia de mí. Él te escuchará y hará lo que nunca has podido lograr hacer por ti mismo hasta ahora. Amén.
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-Celestial