“Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor:

¡Ay de la ciudad de sangres!

Pues también haré yo gran hoguera,

multiplicando la leña,

y encendiendo el fuego para consumir la carne y hacer la salsa;

y los huesos serán quemados.” – (Ezequiel 24:9-10)

Continúo compartiendo las palabras específicas del Señor Jesucristo en contra de los Estados Unidos de América, y La ciudad de Nueva York en particular. El espectro completo de la profecía para América puede verse bajo el título ‘AMÉRICA’ en el menú. Por favor visítelo para mantenerse al tanto.

Esta palabra es de junio de 2016:

El Señor me dijo que hay un evento que vendrá al área de la ciudad de Nueva York. Un evento singular en el que, las personas que presenciaron 9/11, serán nuevamente recordadas de la virtual imposibilidad del hombre de mantener al hombre seguro.  Este no es un “evento detonante”; es uno en una serie de eventos cuidadosamente planificados que harán colisión unos con otros como un juego de dominó hasta que eventualmente todo colapsa para los Estados Unidos. Esta ciudad ama hacer el mal: Dios siempre habla sobre ello en términos duros y gráficos. Está llena de pecado deliberado en donde las personas disfrutan la maldad y algunos hasta la publican en línea, tantas prácticas detestables en contra de Dios. A pesar de que Él tiene algunos fieles siervos genuinos en esta ciudad, su número no es suficiente. Por lo tanto, el juicio ha sido pronunciado en contra de Nueva York- lo he escuchado muchas veces. “Ay, Ay de ti ciudad de Nueva York”.

Todo ojo verá este evento tener lugar; no habrá un lugar en donde las personas no sepan lo que ha ocurrido. Las personas verán esta vergüenza; la gente verá este ataque. Nadie pretenderá no saber sobre ello. América sabrá que nadie puede salvarla de mi mano. Nadie queda libre de la paga del pecado, dice el Señor. Ninguna milicia o ejército puede salvar al hombre de mi mano- una vez, Yo el Señor, determino que su tiempo ha llegado. De igual forma, ninguna nación o ciudad puede protegerse a sí misma de mi juicio. Yo el Señor lo he dicho, vengo pronto, lo haré pronto.

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En 2016 (no recuerdo cuándo), estaba en un autobús en la ciudad de Nueva York en ruta a la iglesia en la ciudad. Era invierno y estaba tarde, así que me subí en un autobús para llegar más rápido. Durante el invierno, aquí ya está oscuro a las 4:30pm, así que a las 6:45pm ya el cielo estaba negro. Según mi autobús se movía yo observaba los edificios grandes y maravillosos a lo largo de la Sexta Avenida (orgullosamente nombrada “La Avenida de las Américas”). Miré los rascacielos de hierro y cristal, eran de bancos, firmas de bienes raíces, comercios, la plaza Rockefeller y muchos otros puntos icónicos. De momento, vi formarse un enorme puño en el cielo, moviéndose con una horrorosa rapidez para golpear el grupo de edificios por los que mi autobús estaba pasando en ese momento. La imagen fue tan real que salté en mi asiento, pensé que golpearía los edificios allí mismo. El puño paró, se retiró hacia atrás y desapareció y yo me quedé con los ojos clavados en el cielo por el resto del viaje. Sí- las personas se me quedaron viendo en el autobús, pero no tanto- aquí nada mueve a la gente. Supe que la mano de Dios estaba mostrando lo que le pasará a esta ciudad- un día ella recibirá un golpe como ningún otro por negarse a parar de pecar en contra de Dios. No hay duda en mi mente de que Dios no está jugando con ninguna de estas profecías a NINGUNA de las naciones. Una persona sabia se dará cuenta de que – AHORA– es el momento para limpiar sus caminos y dar su vida a Jesús cuando aún hay tiempo de buscar, orar y pedirle su perdón. Él es misericordioso, lento para la ira- Dios toma mucho tiempo en traer juicio, pero cuando lo hace es muy difícil revocarlo.

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En una ocasión estaba cruzando a lo largo de la ciudad en el área de las calles 40 (el Famoso pedazo desde la 40 oeste hasta la 47 oeste en donde el mágico Time Square es más ruidoso) y me pregunté: “¿Puede realmente caer este lugar? ¿Todo esto- estos edificios altos brillantes con cromo, las pantallas de televisión masivas que anuncian cada tipo de placer en el mundo? ¿Pueden estas cosas realmente caer en el silencio? ¿Cómo es posible que eso pase?”  Estaba solo pensando, no estaba preguntándole a Dios nada, pero Él habló y me dijo: “No te maravilles de lo que ellos han construido, porque todo será destruido. Nunca más estés asombrada cuando camines por la ciudad de Nueva York, porque todo lo que ves aquí se pudrirá, se romperá y se destruirá. Los animales salvajes caminarán por las calles; vendrán de áreas circundantes y vivirán aquí.  NADA permanecerá como lo ves- El SILENCIO será la orden del día. Lo verás ocurrir de seguro”.

Honestamente, es muy extraño vivir en el presente y ver el futuro. A veces paso por Times Square, pero mantengo una distancia mental de este lugar. Me recuerdo a mí misma: “Es ruidoso y está lleno de turistas ahora, pero un día estará silencioso. Animales salvajes vivirán aquí”. Esto es porque yo sé que una vez Dios lo dijo, va a ocurrir. Pero Nueva York no recuerda lo que Dios dijo, ni trae nada a su memoria. ‘Abundante, delirante, ignorante’ es Babilonia la grande, joya del orgullo de los americanos. Dejo la siguiente escritura para su revisión: Mientras más estudio con el Señor más me doy cuenta de que: no hay nada que la Biblia no haya revelado. Dios bendiga a cada visitante del blog La Voz del Señor; visite la categoría América para el espectro completo de las profecías de los EUA y manténganse en oración- ¡gracias!

-Celestial

Profecía sobre Babilonia- (Isaías 13:19-22)

Y Babilonia, hermosura de reinos

y ornamento de la grandeza de los caldeos,

será como Sodoma y Gomorra, a las que trastornó Dios.

Nunca más será habitada

ni se morará en ella de generación en generación.

Ni levantará allí tienda el árabe, ni pastores tendrán allí majada;

sino que dormirán allí las fieras del desierto

y sus casas se llenarán de hurones

Allí habitarán avestruces y allí saltarán las cabras salvajes.

En sus palacios aullarán hienas

Y chacales en sus casas de deleite.

Y cercano a llegar está su tiempo, y sus días no se alargarán.